Quisiera que mi boca no existiera, para así no expresar lo que mis pensamientos desean.
Quisiera no tener rostro, para no tener que verme en el espejo cada vez que lo destrozo.
Quisiera no tener manos, para que no sangren cuando recojan los escombros,
quisiera no tener ojos, para no tener que observar lo que me rodea.
Quisiera no ser humana, para no tener que pecar tan seguido,
quisiera ser lo que deseas, para que no sufras por mi delirio.
Quisiera descansar, solo descansar,
tener una tregua,
renovar fuerzas,
y la batalla después continuar.
