7.8.08

Historia














Ayer mi padre comentaba de la importancia que tiene la historia
en la vida de las personas: las raíces, nuestra ciudad natal, la infancia, la juventud.
Lo que fuimos, lo que somos, lo que quisimos y no quisimos ser.

A medida que el tiempo avanza, la vida se encarga de regalarnos experiencias,
algunas buenas, otras malas, otras desastrosas, otras demasiado cortas.
Estas nos van formando, y nos crean una identidad, una forma de ser que, divinamente, es única en el mundo, a pesar de la cantidad de personas que habitamos en este planeta llamado Tierra (el que debería llamarse agua, pero ese es otro tema).

En mi caso particular, he tratado en lo posible de nunca dejar de ser la misma, pero de acuerdo a ciertas circunstancias, he llegado a la conclusión de que, lo que desde niña nunca quise ser, es lo que soy ahora...una marioneta del tiempo.
Es raro, algo confuso. Siempre critiqué a la gente que no es capaz de luchar contra viento y marea por sus credos, por su forma de pensar, por su identidad...y resulta que yo ahora me volví una de esas personas!!!
Predico pero no practico...ese es mi problema, según la gente que me rodea, he cambiado para bien; pero para mi esta mal, porque ahora, soy una más del montón, una más de resto que se escapa entre tanta masa de gente, una más que actúa sin pensar, que hace lo que todos hacen por el solo echo de no querer nadar contra la corriente...

Donde dejé a esa muchacha luchadora? a la soñadora empedernida? a la guerrera de los cuentos míticos?

Es demasiado alto el precio que se paga cuando la inocencia se pierde...por algo Jesús dijo: "Sed como niños", porque el mundo adulto no siempre es el que tiene la razón, ni el que sabe como hay que vivir la vida.

No hay comentarios: